Carcomido por pájaros carpinteros

San José de Gracia, Abril 22 (2014).- Los pájaros carpinteros trepan por la pierna, abdomen y vestimenta del Cristo Roto, lo picotean y horadan; al pie de la imagen de 25 metros de altura, Mariana reza en silencio con las manos en el pecho y la mirada hacia arriba.

La mujer de piel blanca, de unos 40 años de edad, avanzó 100 escalones desde el embarcadero, hizo una reverencia y llegó a la base que soporta la imponente escultura, de la que cuelgan testimonios de fe.

Una trenza de pelo oscuro, rosarios, medallas, figuras de metal, flores, pañoletas y una carta dan cuenta de los milagros concedidos por el Cristo mutilado. “¡Bendito Dios!”, exclama Mariana.

El Cristo, creado sin parte de brazo y pierna derechos, abriga para muchos de los siete mil habitantes de este municipio, en el estado de Aguascalientes, una esperanza de bienestar y soporte de la economía local, que a partir de su construcción ha reanimado a la comunidad, que otrora “estaba devastada”, dicen pobladores y autoridades.

Situado al noreste del estado, a 57 kilómetros de la capital, en la Semana Santa el Santuario recibe a 35 mil visitantes, en promedio, estimó el director municipal de Turismo, Tomás Rodríguez. Cada visitante gastará en la zona cerca de 150 pesos diarios, agregó.

Aquí se combina el turismo religioso con el esparcimiento; por un lado, los pasajes de religiosidad popular y, por el otro, los deportes extremos, paseos en lacha a los cañones naturales, la compuerta de 63 metros de altura y a la isla, que tiene un perímetro de cuatro kilómetros.

La algarabía en el polígono de comida, la bulla del trenecito y la música contrastan con el silencio del Santuario; ahí, los devotos van de rodillas, lloran, suplican o agradecen. “Primero de Cristo y luego de pisto”, bromeó Luisa Romero, de Loreto, Zacatecas, en una palapa de mariscos con su madre y hermana, después de visitar el altar.

Durante ocho años, el Cristo Roto de la Presa Calles —la primera obra hidráulica del país— ha atraído al turismo nacional y extranjero, según reportes del gobierno municipal. Incluso, ha sido visitado por el cardenal Norberto Rivera Carrera.

Alma de acero

La estatua pesa 20.5 toneladas y fue montada en una base de tres metros de alto de concreto premezclado. En la parte interna del talón se asoma un “alma de acero” (tubo blanco) clavado cinco metros más abajo, como parte de su cimentación, que llega hasta la corona.

En dimensiones, el Cristo Roto es cinco metros más alto que el Cristo Rey del Cerro del Cubilete, ubicado en Silao, Guanajuato; y 13 metros menor que el Cristo de Corcovado, de Río de Janeiro, Brasil.

En el acceso al recinto, Beatriz Góngora se emociona: “¡Siento algo muy hermoso, me inspira tranquilidad, le tengo mucha fe!”, expresa la mujer, originaria de León, Guanajuato, quien llegó en busca de fortaleza espiritual. “Le pedí tranquilidad en mi familia y que me ayude en un problema que tengo”.

“Gracias padre, porque eres todo poderoso, las úlceras de mi pie me sanaron… los médicos me lo iban a amputar. Padre Santísimo, gracias con todo mi corazón. Marzo 2014, Rafael, Veracruz”, se lee en una hoja de papel en la base del Cristo.

Sin techo

El Santuario fue creado por el gobernador panista Luis Armando Reynoso Femat, como una retribución a una villa dolida por décadas del desastre natural que sepultó entre las aguas al pueblo viejo e inauguró el 16 de abril del 2006.

El recinto religioso está olvidado por la actual administración estatal, que encabeza el gobernador priísta Carlos Lozano, se quejan los lugareños.

El Cristo tiene múltiples grietas, la velaria que cubría la mitad del santuario se hizo trizas y el viento se la llevó.

El sol y la lluvia que lo golpean directo por la ausencia del techo propicia que las visitas de los turistas sean rápidas, comentó Andrea Guadalupe Muñoz Rodríguez, guía de la zona turístico-religiosa.

Para orar sólo hay 12 sillas, el recinto tiene capacidad para mil 500 personas paradas.

Con lenguaje fluido, la joven explica la historia: “El Cristo Roto fue esculpido en 75 días…”, canta su poema y narra que los 24 Cristos completos expuestos en nichos, son de templos de los municipios de Aguascalientes, Asientos, El Llano y Pabellón de Arteaga, entre éstos el patrono esta ciudad.

Se acomide y maniobra para dos turistas una máquina con engranajes de la cual sale “un souvenir”: por el pago de 10 pesos se coloca una moneda de un peso, después se hace girar una palanca que la aplana; la moneda toma una formal oval, y en relieve se troquela una imagen y mensaje del Cristo Roto.

“Viene gente con muletas, en sillas de ruedas, sin su brazo, con un pie, para pedir por su enfermedad o por sus operaciones. He escuchado de enfermos y al tiempo se han estado recuperando”, comentó Andrea Guadalupe.

Lizette Bazaldúa Guerrero, de San Luis Potosí, acudió con su familia con la curiosidad de conocer la imagen. “¡Estoy muy conmovida! y me voy con la enseñanza de que tenemos que ver por los que no tienen una mano, una pierna, por los enfermos y por los desahuciados”.

César Alfredo Hernández García, encargado de Seguridad de la zona turístico-religiosa, afirma que cada año están listos para recibir visitantes del Estado de México, Distrito Federal, Querétaro, Guanajuato, Veracruz y otras regiones del país.

Se lo comen los pájaros

El Cristo Roto, elaborado por el artista Miguel Romo Santini en el mismo lugar donde se ubica, está en riesgo de desmoronarse; la estructura del cuerpo tiene grietas, fracturas y más de 20 perforaciones en las que las aves han hecho sus nidos.

“Los pájaros carpinteros se lo están comiendo”, comenta José, uno de tres balseros que se muestran angustiados por el temor de que la imagen se venga abajo.

Las aves de afilados picos lo han taladrado, han armado cuatro nidos en el exterior del cuerpo y las avispas un panal.

Se le ven fracturas en la rodilla, empeine y en la espalda.

Guías, restauranteros, balseros, guardias y comerciantes aportaron 500 y mil pesos cada uno para restaurar el Cristo y parte de sus ganancias para darle mantenimiento.

Hace cuatro meses el patronato que administra la zona turística-religiosa solicitó a la Comisión Nacional de Agua (Conagua) la autorización para darle mantenimiento a la imagen. “No le estamos pidiendo dinero a Conagua, sólo el permiso para reparar el Cristo”, dijo José.

La presa se llena con 340 millones de metros cúbicos y hoy se encuentra a 30 o 35% de su capacidad.

César Hernández dice que esperan una respuesta de la dependencia federal, luego de que ya estaba lista la maquinaria para reparar el Cristo, y el gobierno municipal les informó que Conagua no había lo autorizado.

Ha sido muy difícil repararlo: le llega el aire, la brisa de la presa, el sol, la tierra, la por eso se está deteriorando tanto, dice la guía de la isla.

Información: El Universal